Los viajes no siempre se hacen por querer llegar a un lugar, por ver cosas nuevas, muchas veces se hacen por el afán de ayudar y cambiar nuestra vida, a una más auténtica, por salir de la monotonía y el consumismo que nos consume, por sentirnos útiles …
Esta es la historia de una historia. Conocí a Álvaro por teléfono, a raíz de un viaje alrededor del mundo que está haciendo Teo Romera (Mr Hicks46) y que recaló en tierras mongolas, conociendo a este gran hombre y mostrándolo en un vídeo.
Alvaro Saiz Ruiz tenía mucho éxito en la vida, había montado un bar y le fue tan bien que montó un restaurante. Tenía una avioneta, moto y el último modelo de bicicleta. Vivía a su aire con ventitantos, no le faltaba de nada. Un día, despertó y se dio cuenta que tanto dinero era igual a tantas preocupaciones; la vida se le escapaba entre las manos. Se miró en el espejo por la mañana y se prometió cambiar de vida…En 2012 llegó a Mongolia a bordo de una ambulancia cargada de juguetes para donarlos a los conocidos como niños rata , pero el destino le acabó llevando a 35 km de la capital; Nalaikh, uno de los 7 distritos de la provincia de Ulaan Baatar. Allí Álvaro conoció una de las realidades de esta zona: la enfermedad de “huesos de cristal”. Tras interesarse por esa dolencia mortal y sabiendo que allí no tendrían asistencia sanitaria, consiguió reunir a más de 20 niños con la misma enfermedad para regresar a Europa y poder crear puentes de ayuda que enviasen los tratamientos. Y así fue. Un montón de pequeños que no podían moverse de casa ahora pueden andar e ir al colegio.
Pero la misión de este español no ha terminado aquí. En este pequeño poblado minero no hay agua corriente, él y los voluntarios que hasta allí se desplazan están construyendo casas de superadobe (sacos de arena y cal sobrepuestos con forma circular formando los muros), para que dispongan de casas de ducha y hogares. Además, gracias al tesón y las ganas que le ha puesto a esta ayuda, la asociación “la otra mirada” envía a Álvaro fondos siempre que puede.
Y aquí entramos nosotros, todos los que queráis viajar conmigo. Mi decisión es llegar hasta la capital de Mongolia, enseñarla y disfrutarla, pero sobretodo es llegar a esta pequeña población a 35 km por una destruida carretera. Conocer a estas familias y a estos niños y de parte de todos nosotros, echarles una mano. ¿Cómo? Va a ser muy sencillo: solo hay que pulsar el botón de DONACIÓN de mi página web: www.aliciasornosa.com. Cada euro o dólar que allí se ingrese, irá a parar para primero, la escolarización de una de estas niñas Nandin-Erdene “Pequeño Tesoro”, compraré su uniforme, los gastos de la escuela, los libros, unos 180 euros…si llega una mesa para que pueda estudiar, otros 200 euros ya que no fabrican mobiliario y se importa de Rusia, es caro. Y si tenemos mucho más, compraremos cemento para finalizar su casa, unos 3.000 euros contando con instalación eléctrica, camas y suelo. En esta casa vivirán otros tres niños hermanos y primos de “Pequeño Tesoro” como su hermana pequeña Otgontsetseg “Pequeña Flor”.
Yo viviré en una yurta, la casa de Álvaro durante el tiempo necesario para organizar, poder contar de primera mano la vida de estas gentes olvidadas por un gobierno, para no variar, que solo está preocupado de que el turismo vea una ciudad moderna, con asfalto y rascacielos, pero que se olvida de los menos favorecidos. De las familias de las antiguas minas de carbón que Rusia explotaba y que tras darse cuenta que ese carbón era radioactivo y no se puede explotar, han abandonado sin más suerte que unos agujeros, mucho alcohol y una enfermedad provocada por el aislamiento de sus habitantes.
En nuestras manos está conseguir esos 180 euros, o lo que podamos para mejorar la vida de estos pequeños permitiendo que aprendan a leer y escribir, a que tengan agua corriente y un lugar donde poder estudiar.
La educación es el futuro de estos niños.
¿quieres ayudarlos?
Tan fácil como donar lo que quieras en el botón de arriba a la derecha “DONACIONES”, cada semana publicaré los nombres y cantidades, a no ser que alguien quiera ser anónimo, para que veáis como lo llevamos.
GRACIAS!!


Alicia, mucha suerte en esta nueva aventura… ayer te oi en la radio ( ondacero). Seguro que este viaje vuelve a ser todo un reto. Juan
Las Imágenes Hablan por si solas, todo indica que siempre debemos estar dispuestos a ayudar y a participar en cruzadas solidarias.
“A seguir Adelante como los Elefantes”
Veo que todavía existen seres “humanos” buena historia la que narras Alicia.
claro!! y nosostros vamos a hacer que estos niños tengan un futuro mejor!
Bonito relato y un ejemplo a seguir Alicia.